domingo, 3 de junio de 2012

Querido papá:

Sé que este período es complicado  para nosotros, tu familia, pero sobretodo para mi. También sé que no estás aquí y que ya nada puede cambiar. Me estoy muriendo por dentro, porque sé que nunca fuiste un padre ejemplar, nunca me querías llevar a los cumpleaños, siempre me regañabas por mis malas notas y siempre se te quemaba la comida. Pero también me acuerdo que por el día de mi cumpleaños me compraste aquella muñeca que aun la guardo, que cuando me veías llorando me decías que las princesas no lloran y me dabas un abrazo. Has sido mi mejor amigo durante toda mi vida, y ya son 3 años que no estás... Te echo en falta papá, las cosas sin ti es todo distinto, veo a mamá llorando mezclando sus lágrimas con el café caliente en la mano, entonces, lloro yo. Odio pasar por delante de aquél sillón en el que siempre te sentabas, era tuyo, tu sillón que siempre estaba ocupado por ese maravilloso hombre al que tanto adoro, pero ahora lo veo y está vacío. Si miro al cielo por la noche veo tu silueta, intento no recordarlo, o intentar recordarlo sin que duela, pero se me hace imposible. Papá, no sabes cuanto te quiero, y espero que estés donde estés, estés feliz, solo quiero tu felicidad, y sé que tú pedirás la mía, así que voy a ser feliz, lo haré por ti papá. Tú estás en el cielo, pero para mí estás aquí.

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